lunes, 29 de julio de 2013

                                        MANUELITA .       

Manuelita vivía en Pehuajó 
pero un día se marchó. 
Nadie supo bien por qué 
a París ella se fue 
un poquito caminando 

y otro poquitito a pie. 

Manuelita, Manuelita, 
Manuelita dónde vas 
con tu traje de malaquita 
y tu paso tan audaz. 

Manuelita una vez se enamoró 
de un tortugo que pasó. 
Dijo: ¿Qué podré yo hacer? 
Vieja no me va a querer. 
En Europa y con paciencia 
me podrán embellecer. 

En la tintorería de París 
la pintaron con barniz. 
La plancharon en francés 
del derecho y del revés. 
Le pusieron peluquita 
y botines en los pies. 

Tantos años tardó 
en cruzar el mar 
que allí se volvió a arrugar 
y por eso regresó 
vieja como se marchó 
a buscar a su tortugo 
que la espera en Pehuajó.

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