lunes, 29 de julio de 2013

                                        MANUELITA .       

Manuelita vivía en Pehuajó 
pero un día se marchó. 
Nadie supo bien por qué 
a París ella se fue 
un poquito caminando 

y otro poquitito a pie. 

Manuelita, Manuelita, 
Manuelita dónde vas 
con tu traje de malaquita 
y tu paso tan audaz. 

Manuelita una vez se enamoró 
de un tortugo que pasó. 
Dijo: ¿Qué podré yo hacer? 
Vieja no me va a querer. 
En Europa y con paciencia 
me podrán embellecer. 

En la tintorería de París 
la pintaron con barniz. 
La plancharon en francés 
del derecho y del revés. 
Le pusieron peluquita 
y botines en los pies. 

Tantos años tardó 
en cruzar el mar 
que allí se volvió a arrugar 
y por eso regresó 
vieja como se marchó 
a buscar a su tortugo 
que la espera en Pehuajó.
http://www.youtube.com/watch?v=ZCqTSCElmXs

martes, 23 de julio de 2013

En el fondo del mar había un castillo. Allí vivía un rey que tenía seis hijas, todas ellas sirenas de gran belleza. La más bella de todas era la pequeña; su piel era tan suave y delicada como un pétalo de rosa, sus ojos eran azules como el mar.
Como todas las sirenas, no tenía piernas; su cuerpo acababa en una gran cola de pez. Poseía la más bella voz que nunca se había oido.

Todos los días las sirenas jugaban en las grandes habitaciones de palacio. Cuando las ventanas estaban abiertas, los peces entraban y salían libremente. Eran tan mansos que nadaban hasta donde estaban ellas, comían de sus propias manos y se dejaban acariciar y hacer cosquillas.

Nada los gustaba más a las sirenas que escuchar las historias que los explicaba su abuela sobre el mundo que existía más allá del mar. Pedían que les hablase sobre árboles, pájaros, ciudades y personas que utilizaban piernas para caminar.

-Cuando cada una de ustedes cumpla 15 años -decía la abuela-, podrá nadar hasta la superficie del mar y, reclinada sobre alguna roca, ver los barcos que pasan.

Por fin llegó el día en que la sirenita cumplió sus 15 años, saludó a todos y nadó con ligereza ascendiendo hasta la superficie.

Cuando alzó la cabeza sobre el agua, el sol estaba poniéndose, las nubes se veían de color rosa, el mar estaba calmado y empezaba a brillar el sol.

Se quedó deslumbrada mirando las aves que pasaban y las estrellas que iban apareciendo. Gozó con la brisa que rozaba su rostro y acariciaba su pelo.

En la lejanía, vio una nave. Nadando se acercó a ella, se sentó sobre una roca y observó atenta a los marineros que iban y venían alzando las velas.

-¡Qué fuertes y viriles son!- pensaba la sirenita. Se sentía feliz. Pero más se emocionó aún cuando apareció en cubierta un elegante y joven príncipe.

Se había hecho muy tarde ya, pero no podía apartar sus ojos del barco ni del bello príncipe.

De repente el cielo se cubrió de nubes, el viento sopló cada vez más fuerte, los truenos estallaron en estrépito y el mar provocó inmensas olas que sacudieron violentamente el barco hasta hundirlo.

La sirenita nadó precipitadamente para salvar el príncipe. Sostuvo su cabeza sobre las olas, dejando que la corriente les llevase hasta la costa.
Arrastrándose pudo dejarlo sobre la arena de la playa. Le acarició y le besó con mucha ternura. Se quedó a su lado cuidándolo, cantando para él las más bellas canciones durante toda la noche.Cuando salió el sol, vio que el príncipe despertaba. Entonces, volvió al fondo del mar. Volvió a su mundo acuático con el corazón enamorado de un príncipe terrestre.

Explicó a su abuela lo que había sucedido.Ahora solo deseo -le dijo- volver al mundo exterior para poderlo ver.Lo amo. Deseo vivir con él en la tierra!

-¿Pero qué dices, chiquita? -la interrumpió la abuela muy irritada- tu vida, tu mundo, somos nosotros. ¡Ni se te ocurra tal tonteria!.

La sirenita, entonces, decidió ir a ver a la bruja del mar. Pese a la repugnancia que le producía, sabía que solo ella la podría ayudar. Nadó hacia las profundidades pasando por aguas arremolinadas, cruzó por entre las piedras y algas enroscadas como verdes serpientes, y finalmente encontró el cubil de la bruja, rodeada de peces con ojos punzantes, tiburones y serpientes. Allá la bruja le dio un brebaje que le permitiría cambiar su cola por unas piernas, para poder salir en la superficie.

La sirenita tomó el brebaje y nadó hasta la superficie. Mientras subía sintió un horrible dolor en su cola de pez. Cuando llegó a la costa tenía dos bonitas piernas. Quiso cantar de felicidad, pero la bruja le había robado, de pasada, su bella voz. Se reclinó en la arena recordando a su amado y se durmió. Cuando despertó, a su lado estaba su príncipe, más bello y radiante que nunca.

-Gracias! - exclamó - Me has salvado la vida, he venido a esta playa todos los días a buscarte. Y hoy, al fin, ¡he tenido la suerte de encontrarte! Ella le miró con los ojos mucho abiertos y le sonrió. -Sin embargo, ¿quien eres?- preguntó el príncipe, afligido.La sirenita negó con la cabeza. El príncipe entonces la cogió de la mano y la llevó al palacio.

-Te diré Aurora- le dijo. La sirenita conoció bailes, realizó paseos por las montañas y cabalgó por los prados.

- Aurora -la gritó un día el príncipe- te presento a Úrsula, princesa de un país lejano. Se quedará con nosotros de visita. La sirenita, mientras saludaba a Úrsula, advirtió algo extraño en sus ojos. Un brillantez de maldad se reflejaba en ellos.

Transcurrían los días y el príncipe se acercaba más y más a Úrsula, dejando sola a la pobre sirenita, que no dejaba de pensar donde había visto aquellos ojos.

Una noche, durante una fiesta a palacio, Úrsula cantó con una voz bella. La sirenita reconoció entonces su propia voz, que la bruja le había robado el día que transformó su cola de pez en piernas de mujer. El príncipe quedó pasmado ante aquella voz, cálida, clara y tierna. Entonces propuso a Úrsula que se casase con él.

La ceremonia se iba a realizar en alta mar. La noche de la boda, la sirenita estaba muy bella, pero más triste que nunca. Mirando el mar, deseó estar al lado de su familia. Fue entonces que surgieron desde el agua sus hermanas mayores. ¡Cuál alegría tuvo al verlas! La sirenita las abrazó con los ojos llenos de lágrimas. Las hermanas le dijeron: - Entregamos a la bruja nuestras joyas para que nos explicase toda la verdad y poderte encontrar.

-Escucha con atención hermanita - dijo la más grande-. Hay una forma de romper el encantamiento de la bruja. Si besas el príncipe este se enamorará nuevamente de tí, volverás a tener tu voz y Úrsula volverá a ser la bruja de los mares.

La sirenita sonrió a sus hermanas y entró en el salón donde todos, reunidos, esperaban la ceremonia de la boda. Se lanzó a los brazos del príncipe y besó sus labios con todo el amor de su alma. En aquel mismo momento se rompió el maléfico embrujamiento. El barco se sacudió con violencia y Úrsula perdió todos sus falsos encantos. Convertida otra vez en bruja, se lanzó al mar.Y todos escucharon de los labios de la sirenita la verdad de la historia.

-¡Como pude hacerte tanto mal! dijo el príncipe conmovido, y añadió dulcemente: -Pido que me perdones y aceptes, si es que aún me quieres, que te proteja y te brinde mi amor para siempre. ¿Deseas ser mi esposa?

La sirenita le miró jubilosa y besó nuevamente sus labios con toda la ternura que tuvo para él desde la noche que le conoció.La fiesta se realizó en un barco de lujo. Fue la boda más espléndida que nunca se hubiese visto.

Las sirenas nadaron hasta la superficie para cantar al unísono. Los peces alzaron la cabeza por encima las olas haciendo brillar sus escamas doradas. Incluso el gran rey de los mares subió para ver a su hija. La sirenita, habiendo ya recuperado la voz, cantó con sus hermanas, llenando de gozo el corazón del príncipe.
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Tapa del CD CANTANDO CON ADRIANA - PEPE (CD VOL.2) - Adrianahttp://www.cmtv.com.ar/discos_letras/letra.php?bnid=2007&tmid=97563&tema=CABALLO_VERDE
CABALLO VERDE

Yo tengo un caballo verde, 
que hace piruetas. 
Se sabe lavar los dientes, 
va en bicicleta. 

Tiene un cayo en la barriga, 
de andar echado. 
Y cuando lo llevo al río 
se mete en el agua y sale colorado. 
Y cuando lo llevo al río 
se mete en el agua y sale colorado. 

Yo le enseñé a hablar, 
sabe decir mamá. 
Y es tan inteligente 
que hasta usa lentes pa´ poder mirar. 
Y es tan inteligente 
que hasta usa lentes pa´ poder mirar. 

Su novia es una rubia 
muy coquetona. 
Se pinta los labios rojos, 
y es percherona. 

Y cuando lo ve al caballo 
le dice así: 
me dan ganas de comerte 
porque te pareces mucho al perejil. 
me dan ganas de comerte 
porque te pareces mucho al perejil. 

Yo le enseñé a hablar, 
sabe decir mamá. 
Y es tan inteligente 
que hasta usa lentes pa´ poder mirar. 
Y es tan inteligente 
que hasta usa lentes pa´ poder mirar.